La palabra fotovoltaica es una combinación de dos expresiones: la palabra griega phōs que significa luz y la unidad de medida de voltaje, voltio. Por lo tanto, es fácil concluir que la energía fotovoltaica es simplemente electricidad generada por el sol. ¿Pero de qué manera?

 Los rayos del sol inciden sobre las células fotovoltaicas, y gracias al efecto fotovoltaico descubierto en 1839 por Alexander Becquerel, se genera en ellas una corriente continua. La electricidad así generada por los paneles va luego al inverter, desde donde en forma de corriente alterna enviada a través de cables, alimenta tu lavavajillas, TV o nevera, gracias a que la tensión más alta desplaza la electricidad de la red del casa. La electricidad que no se utiliza de forma continuada va a la red y empieza a abastecer a otros consumidores.

El aspecto más importante a la hora de  elegir la potencia de una instalación fotovoltaica es determinar cuánta electricidad usamos en un año. El tamaño de la instalación fotovoltaica y directamente el período de amortización dependerán de este parámetro; en la mayoría de los casos, cuanto mayor sea la instalación, más rápido se “reembolsará”. Para ello, se deben utilizar las facturas de electricidad, preferiblemente resumiendo todo el último año o los últimos meses. En base a ellos, podemos seleccionar la potencia aproximada de la instalación, para que ésta no sea ni demasiado pequeña ni sobredimensionada. En esta etapa, también se debe tener en cuenta el posible aumento de la demanda, es decir, si tenemos la intención de cambiar el método de calefacción a eléctrico en un futuro próximo (por ejemplo, instalar una bomba de calor) o comprar dispositivos adicionales que consumen mucha energía (lavavajillas, nevera más grande , aire acondicionado). Cada uno de estos factores que tengamos en cuenta nos ayudará a planificar mejor una instalación fotovoltaica.

A partir del análisis de las facturas recibidas de la empresa energética, teniendo en cuenta las normas de liquidación de energía en forma de descuentos, podemos determinar la potencia aproximada de paneles fotovoltaicos que será la adecuada para la vivienda. De acuerdo con el sistema de bonificación para instalaciones de hasta 10 kW de potencia, un prosumidor puede cobrar 0,8 kWh por 1 kWh entregado a la red, en el caso de instalaciones de 10-50 kW de potencia se produce la liquidación en la relación cuantitativa de 1 a 0,7 kWh.

Antes de comenzar el trabajo de montaje, es necesario determinar las posibilidades de instalación, incluida la superficie del techo/suelo, la exposición de la superficie al sol, el ángulo de la pendiente del techo y la posibilidad de sombra. También es importante evaluar la estructura del techo y la cobertura. Si las condiciones son desfavorables, por ejemplo, un techo al este y al oeste, es posible que sea necesario seleccionar una potencia mayor de la instalación para que cubra la demanda total de electricidad del hogar.

¿Por qué es importante el tamaño del techo? Una pregunta frecuente de los inversores es: “¿ Cuántos paneles fotovoltaicos por 1kW?” . Se necesitan aproximadamente 3 paneles para este tamaño de instalación. El área que ocupará una instalación de este tipo es de aproximadamente 4,5 m2. En el caso de 4kW serán más de 18 m2, y 10kW – 45m2. Si el techo no tiene espacio suficiente, se debe considerar la instalación en el suelo.

Si no tenemos previsto aumentar el consumo en un futuro próximo, no sobredimensionar la instalación, porque siempre existe la posibilidad de ampliarla con módulos adicionales.
En el caso de un pequeño aumento en el consumo de energía, cuando es suficiente agregar 1 o 2 paneles, a menudo es posible sin reemplazar el inversor. Sin embargo, cuando la expansión va a ser significativa, el uso de microinversores es una buena solución. Dicha instalación fotovoltaica funcionará independientemente del sistema original, no es necesario reemplazar el inversor y es posible elegir paneles de cualquier tecnología o potencia.